Borde de Nieve



15 mins | 2021 | Digital, Super 8mm to HD | Stereo 
Spanish | English Subtitles.


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A new landscape emerges where the so-called perpetual snows disappear. The construction of the first artificial “super-paramo”, a high mountain tropical ecosystem, becomes a portal to that ancient time of ice. Different audiovisual materials are brought together to build a heterogeneous idea about the thaw and possible origin of the paramo ecosystem.



Written by: Jazmin Rojas Forero, Juan Francisco Rodriguez.
Image, Sound Edit: Juan Francisco Rodriguez.
Direct Sound: Jazmín Rojas Forero.
Produced by: Sebastian Jaimes, Jazmín Rojas.
Sound Design: Santiago Forero-Alarcón, Juan Francisco Rodríguez, Sound Mix: Carlos David Velandia, Santiago Forero-Alarcón.
Color Grading: Andres Felipe Castilla. 
Super8 Hand Development: Juan Francisco Rodriguez, Jazmín Rojas Forero
Scan: Octavio Villa.
Graphic Design: Camilo García A.
Mentor: Francisco Montaña.


Selections

46 National Artists Salon. “Caudal Adentro”. Neiva, Colombia. 2022
8 Dobra International Experimental Film Festival. Brazil. 2022
15 Cinetoro Experimental Film Festival. Colombia. 2022
21 International Image Festival. Colombia. 2022
9 Corriente Encuentro Latinoamericano de Cine de No Ficción. Perú. 2022
20 Bogoshorts – Bogotá Shortfilm Festival. Colombia. 2022
23 Equinoxio Film and Audiovisual Festival. Colombia. 2021
23 MIDBO Bogota International Documentary Film Festival. Colombia 2021



Text by Valentina Giraldo
available in ︎︎︎Kortfilm.be


Celluloid film is similar to plants but also to lagoons. The process of printing an image on light-sensitive material is reminiscent of the photosynthesis process that plants undergo when they capture sunlight. In turn, the surface of a lagoon acts as a mirror, reflecting or ‘projecting’ images.


There is another remarkable link between cinema and nature, specifically with water. A film like Borde de nieve, which uses both analogue film and digital images, is made possible by a generous stream of consciousness, like a rippling river of ideas. Through disjointed fragments, the film moves us through landscapes and generates a pilgrimage experience.


The melting mountain peaks serve as a metaphor; the vanishing ice releases new manifestations of the landscape. The ecosystem underwent various forms of violence; layer after layer of melting exposes human passage and destruction. Social crises thus become visible in the biosphere: rivers and mountains as witnesses of a struggle. The mountain ranges lead us to the past or the future, both as access or escape routes. The film’s central mountain thus provides a geological, spatial, temporal, and symbiotic encounter. Meanwhile, I walk on.



Poster design: Camilo García A. 





Texto de
leer completo en ︎︎︎correspondenciascine.com


Heterónimo 1: Cimas descubiertas

A través de ligeros recorridos por las alturas, arriba de las nubes, nos encontramos con paisajes atrapados en la nieve. Avanzan los primeros minutos del cortometraje Borde de nieve (2020) de Juan Francisco Rodríguez y se van revelando cada vez más manchones en el paisaje, como archipiélagos en un blanco mar. Notamos cómo el paisaje se transforma, los detalles de la montaña comienzan a revelarse como entornos conocidos: parece que la nieve —mejor dicho, su ausencia— dibuja calles; parece que la nieve —ahora protagonista— se convierte en ríos que desembocan en el helado mar.

Detrás de las nubes se levantan las montañas cada vez más negras, sin nieve. Un mar negro con mucho polvo blanco.

Sobre un fondo negro, las letras blancas nos informan de la muerte del último glaciar en Colombia, revelando paisajes que se había guardado para sí mismo durante cuarenta mil años. Una cámara fija nos traslada al interior de una oscura construcción deteriorada donde la tenue luz solar que deja pasar el ausente techo dirige nuestra mirada hacia lo que parece ser un hoyo con diminutas plantas creciendo al borde.

Con la misma rigidez del plano anterior, se nos muestra una habitación donde podemos observar un tragaluz y no solo la luz que lo traspasa para alimentar a las plantas que son más vigorosas, abundantes y diversas que antes. Momentos antes de verlo, se escuchan las pisadas de un hombre que se dirige a contemplar la luz que cae del techo. Las imágenes subsiguientes nos hacen saber que estamos en una labor pesada: señalamientos de no pasar, botas que entierran la pala en la negra tierra, picos que aflojan el sustrato que guarda minerales preciosos.

El casi imperceptible movimiento de la tierra deslavada y los sonidos industriales nos introducen al mundo de las máquinas encargadas de transformar lo que se les pone enfrente: una aplanadora pasa encima de las irregularidades que forman el suelo para que unos pies caminen sin problema. Lo que parece un sonido de alerta se mezcla con el chillido de las máquinas mientras observamos la tierra en su estado más vulgar y opaco.

En contraste con la severidad de los planos pasados, con el sonido de la tierra corriendo que se termina por integrar al de las percusiones, entramos a un mundo antiguo que solo existe en los archivos. Las imágenes en blanco y negro nos revelan la tierra en sus parajes más íntimos y vírgenes: vemos esas estrías que ha acumulado a lo largo de millones de años, a las que los geólogos llamaron estratos. Se nos muestra suave y blanda, pero también filosa y monumental, resguardando entre sus peñascos la vida que crece en ella, los ríos que fluyen sin parar a lo largo y ancho de su cuerpo, el agua atrapada en quietas lagunas esperando a crecer o transformarse.

Mientras más vemos de ella, más se revela hostil: arriba de las nubes, las piedras son más grandes y sólidas, la nieve cubre los secretos de las altas montañas dejando solo pequeños fragmentos descubiertos. La última imagen que vemos de este mundo antiguo es la de unos hombres caminando por estos recovecos de la Tierra. ¿Qué quieren descubrir si la nieve ya está descubriendo todo?

Regresamos al sórdido mundo transformado que hemos construido para encontrarnos con una revolvedora de cemento que trabaja la tierra para convertirla en agua. La tierra gira, cae, se mezcla mientras la escuchamos rebotar en el metal de la máquina; una cortina de polvo cae frente a nosotros con un ruido que recuerda al movimiento tectónico de la Tierra, imperceptible para los oídos humanos, pero capturado por las máquinas que ingeniamos. Juan Francisco Rodríguez logra transfigurar esas mismas imágenes y sonidos en el tranquilo susurro del agua y el ostentoso caer de una cascada.

Finalmente el agua se mueve y choca con pedazos de glaciar, que parece puro al principio, pero, entre más lo exploramos, se va ensuciando. Sin embargo, sigue guardándose lugares a los cuales no habremos de llegar.